We all live in a yellow submarine
Yellow submarine, yellow submarine
We all live in a yellow submarine
Yellow submarine, yellow submarine
Supongo que los abogados de los acusados en el procès se debieron echar virtualmente las manos en la cabeza cuando en una especie de competición a ver quien era mas macho, iban uno a uno afirmando que no se arrepentían de lo hecho y que en cuanto salgan de la prisión lo volverán a hacer.
Mientras denuncian que la prisión preventiva es demasiado rigurosa, afirman que repetirían todo lo que han hecho. Como mínimo dos o tres años mas de condena, no se ni para que llevan abogados. Imaginémonos por un momento un presunto violador que afirme que lo volvería a hacer, es decir implícitamente ya afirma que ha hecho algo, cuando durante todo el juicio han afirmado, jurado y perjurado que no han hecho nada que todo era para intentar que Rajoy se sentase a negociar.
Pero lo bueno es que no han hecho nada efectivo, que yo sepa no estamos en ninguna república, los impuestos se siguen pagando al estado español y no hay ningún estado europeo que reconozca un nuevo país.
Algo si han hecho, crear tal inseguridad jurídica que se han ido 5.000 empresas y han dejado de venir otras tantas, pero claro en el corolario secesionista, no se han ido, solo han cambiado la sede de sitio y el culpable es el Rey, antes Rajoy que obligó a todas las juntas de accionistas a marcharse, como si no tuvieran suficientes elementos de juicio para apreciar el desastre que se venía encima.
Ahora curiosamente Torra les pide desde el foro del circulo de economía que vuelvan, volver sin haberse ido, otra curiosa paradoja.
Ahora el ejército amarillo, nos inundan con grandes carteles publicitarios, anuncian a bombo y platillo a quienes visitan o se marchan de Barcelona: “Lo volveremos a hacer”. Anuncios parecidos figuran en los autobuses barceloneses, patrocinados por Omnium, empresa subvencionada por todos. Desde luego no ayuda a la sentencia pendiente de redactar por los hechos de septiembre y octubre. Resulta paradójico que varios de los acusados declararan que no habían hecho nada. Pero si no lo hicieron, ¿qué es lo que volverían a hacer? O, como escribía el columnista Josep Martí, ex alto cargo del Govern de Artur Mas, quizás quieren decir “lo volveremos a hacer cuando sepamos qué hicimos exactamente”. Siempre he pensado que tendría más sentido iniciar una campaña con un lema que aclarara: “Saldremos sí o sí de este enredo”. Se han perdido empresas e inversiones, hemos dejado por el camino amigos y conocidos y hay políticos en la cárcel o expatriados. ¿No sería el momento de que alguien intentara escribir el relato de cómo salir de este fenomenal embrollo con el mínimo coste posible, que sacara a la gente de sus trincheras y que –sin renunciar a nada– permitiera hacer política?
Todo el mundo es consciente, pero el engaño masivo de 10 años a millones de personas, tiene un coste, cuantas manifestaciones del 11 de setiembre era la última antes de la ansiada república, Artur Mas 'el astuto', 'Jugada mestra', 'el tribunal europeo a favor', 'miembros honorificos de Europa', 'Los bancos peleandose por entrar', Colau la primera víctima lloraba como una magdalena simplemente por enfrentarse a sus contradicciones, alcaldesa aunque pacte con los fachas del '155' pero eso si ande yo caliente y ríase la gente, así se lo hicieron saber en la Plaza de Sant Jaume, una horda de gente 'pacifica' y engañada le comunicó verbalmente lo que pensaba de ella.
Muchos políticos que dirigen el destino de Catalunya da la casualidad de que saben perfectamente lo que pasa pero aceptan el engaño del 'Rey Desnudo', pero temen ser señalados si ponen freno a esta carrera a ninguna parte y nadie quiere ser el primero. Cualquier insinuación en este sentido comporta que alguien les llame como poco “botiflers" (traidores), en el mundo real o en el Matrix digital. A lo mejor habría que quitarle puntos del carnet de conducir, del Club Super3 o del buen patriota a quien pronuncie la maldita palabra, paralizadora como la kriptonita. Hemos diseñado hojas de rutas mágicas que nos llevaban al mundo de la fantasía y somos incapaces de encontrar un camino seguro que nos lleve a la realpolitik. Sabemos sacar pecho con un eslogan, pero somos incapaces de sacar lo mejor de nosotros para salir del embrollo.
