viernes, 7 de abril de 2017
De acuerdo en lo del Referendum
Pero antes es necesario un referendum vinculante previo y 'pactado' en toda España para quitar competencias a las autonomías y por consiguiente reducir las plebendas de esos pequeños reinos de taifas que es en lo que se han convertido.
La disputa territorial en España sigue su propio camino. El Estado autonómico validado por la Constitución Española de 1978 ha provocado que las administraciones regionales hayan ido ganando poder y margen de maniobra. La descentralización de poder no ha dejado de crecer.
Actualmente las empresas sufren un calvario de legislaciones, algunas en contradicción que impiden la ligereza necesaria para montar una empresa en 12 horas como en Canadá, lo cuál redundaría en mas empleo.
Sin hablar de la lacra de los impuestos, multas, taxas, necesarios para que estas agrupaciones elefantísticas de funcionarios, embajadas, viajes de promoción e invención de nuevos paises.
¿Hay que seguir por ahí, o es necesaria una marcha atrás?
Llevamos mucho tiempo hablando de la cuestión catalana, y cada cierto tiempo aparece una encuesta para saber en qué cifras se movería un hipotético referéndum. ¿Y si se le preguntase a los españoles sobre el reparto de poderes entre las administraciones? Elegimos democráticamente a nuestros representantes estatales, autonómicos y locales, pero, ¿quiénes queremos que tengan más poder de decisión?
Es extraño que no se haya planteado este tema pero claro es como querer cortar el tronco de un árbol desde una de sus ramas. Se puede debatir 'solo' lo que interesa a unos pocos, ya que abrimos el melón, hagámoslo con sentido común para crear un país mas moderno y mas democrático.
Uno de los problemas principales que se han señalado es la duplicidad de cargos que hay por existir distintas capas en la administración pública. Si hay una función desempeñada por un funcionario del Estado, no debería ser necesario que haya otra haciendo lo mismo trabajando para una comunidad. ¿No hay suficientes cosas por hacer, o efectivamente sobran funcionarios afínes a determinadas ideas y tenemos que mantenerlos para asegurar votos?
El inflar la cantidad de funcionarios no deja de ser algo que haga sospechar por indicios de corrupción, especialmente en cargos que sean asignados a dedo por los políticos. La cantidad de tramas urbanísticas que se han descubierto en un sinfín de municipios españoles ya debería de tenernos alerta.
El Estado se reserva ciertas competencias de manera exclusiva, como puede ser el ejército o la convocatoria de un referéndum. Por mucho que en Cataluña se reclame como un derecho civil y democrático, el Estado debe acceder a concederlo, porque así lo específica la Constitución.
Los defensores de una recentralización opinan que se está corriendo el grave riesgo de que los españoles acaben siendo distintos entre sí en obligaciones y en derechos, si es que no lo son ya. Por ejemplo, por las diferencias tributarias. Hace unos días se han visto las notables diferencias al pagar el impuesto de Sucesiones según donde se viva. Eso explica que las renuncias a las herencias sean mucho más numerosas en Asturias (16% en 2016) que en Galicia (7,5%).
Sucesiones es sólo un ejemplo de cómo puede funcionar la recaudación dependiendo del lugar de residencia, porque cada comunidad tiene potestad para aplicar medidas tributarias particulares, como una tasa medioambiental, por ejemplo. Y, por otra parte, están las consideraciones especiales otorgadas a País Vasco y Navarra, que derivan en una relación distinta con el Estado, pero que, esas sí, están incluidas en la Constitución.
La educación es otra parcela donde se ha avanzado, hasta provocar que no todos los alumnos españoles estudien lo mismo. Ni los programas de estudio coinciden plenamente, y los libros tampoco lo son necesariamente. ¿Es lógico que haya diferencias educativas entre los diferentes territorios?
Las competencias sanitarias transferidas a las comunidades provocan que la atención a un paciente también pueda variar. Por ejemplo, las listas de espera, o la capacidad de los profesionales para tratar en los hospitales públicos a los inmigrantes sin papeles, una de las cuestiones que más quebraderos de cabeza dan a las administraciones.
Los defensores de la descentralización creen que se debe ir más allá. Es decir, que la atención al ciudadano debe ser mucho más cercana, y por eso piensan que los ayuntamientos han de manejar una parte mucho más importante del presupuesto total, deben recibir más competencias aún.
Las dudas pueden surgir en cuanto a que, si las corporaciones locales deciden sobre muchas más cosas, deberán recaudar un mayor porcentaje de los impuestos. ¿No podría tumbar eso el concepto de solidaridad entre territorios?
No sería quizás mas democrático someterse a ese Referendum sobre competencias y consecuentemente gastos innecesarios y luego en caso de que todos estemos de acuerdo en aumentar las competencias el siguiente para ver que pasa con la secesión de unos cuantos manipuladores.
domingo, 2 de abril de 2017
Empresarios van desmontando el separatismo
Berga
Josep Bou detalla las actuaciones que va a llevar a cabo su plataforma frente al secesionismo y lo que cree que debe hacer el Gobierno para garantizar la unidad de España.
Empresaris de Catalunya ha realizado una charla-coloquio en Berga (Barcelona) para alertar sobre las consecuencias del procés, entre las que, por ejemplo, está la fuga de empresas. En el primer semestre de 2016 ya se han ido de Cataluña 490 empresas, un 40% más que el año anterior.
El coloquio tuvo lugar a las 7 de la tarde, en el Hotel Berga Park, y participaron Josep Bou, presidente de esta organización empresarial contraria a la secesión que agrupa a más de 400 directivos y empresarios catalanes, y Carlos Rivadulla, su vicepresidente.
La plataforma defenderá en este municipio, epicentro de la desobediencia separatista, "la ley, la estabilidad y la unidad de mercado "como marcos idóneos para el crecimiento de Berga y Cataluña, en contraposición a la ruptura, la protesta y la insumisión gratuita".
Josep Bou, que el pasado octubre ya advirtió en GACETA.es de que "Carles Puigdemont miente y está escondiendo los efectos del procés", avanza en este diario las actuaciones que va a organizar su plataforma de aquí al próximo septiembre, cuando el president catalán pretende celebrar el referéndum separatista, y revela lo que para Empresaris de Catalunya debe hacer el Gobierno para garantizar la unidad de España.
-¿Cómo pretenden combatir el separatismo?
Vamos a realizar 20 actos en poblaciones simbólicas en Cataluña, como Ripoll, (llamada la cuna de Cataluña), Vic, Manresa, Mataró, Badalona o Berga, para alertar a nivel empresarial y económico sobre las consecuencias que puede llegar a tener el procés o la hipotética secesión de Cataluña. Esa es nuestra estrategia hasta el próximo septiembre. Este martes celebraremos una de estas charla-coloquio en Berga.
-En el epicentro de la desobediencia separatista...
No pretendemos provocar a nadie y quizás a muchos quizás no agraden allí nuestras palabras, pero vale la pena que nos escuchen. De hecho, abriremos un coloquio para comentar ya que desde la Generalitat se dicen una serie de cosas que muchas veces son falaces. Más que mentir dicen medias verdades u ocultan cosas, y quienes lo escuchan perciben una idea equivocada de la situación económica y política de Cataluña. Los empresarios de la zona no están de acuerdo con lo que predica ni con lo que quiere realizar el presidente de la Generalitat. Vamos a defender la seguridad política, la estabilidad y la unidad de mercado como marcos idóneos para el crecimiento, en contraposición con la ruptura, la protesta y la insumisión. Como siempre hablaremos de economía, pero la economía en Cataluña desde 2012 está totalmente interconectada con la política porque las gestiones políticas están creando una inseguridad jurídica que pude perjudicar a la economía. El camino de aquí a septiembre va a ser muy duro. Veremos cosas que nos desagraden, como que se salten la legalidad, una barbaridad absoluta para nosotros, para más de la mitad de los catalanes, la gran mayoría del resto de España y Europa. Eso es lo que vamos a explicar. Y también esa inestabilidad política y los pasos que se van dando que nosotros nos preocupan como empresarios. La base económica de la nación es una empresa y sus trabajadores y eso puede quedar afectado.
-¿También la imagen de Cataluña? ¿Se avergüenza de la que están proyectando los separatistas? Por ejemplo, recientemente Puigdemont ha acusado al Estado de negligente frente al Rey, Antonio Baños de la CUP ha rebajado al Monarca a ‘cajero de Lidl’, y el diputado de Junts pel Sí Eduardo Reyes ha tachado al Tribunal Constitucional de “indecente” y ha remarcado que no hay revolución que no se haga sin desobedecer. Hasta exigen a los Mossos que desobedezcan ¿Cómo se digiere esto?
Es bastante vergonzoso. Si Baños y Reyes piensan que con este relato van a obtener más votos, se equivocan. Sólo alimentan a los suyos, a los que les interesa escuchar cosas desorbitadas.
Lo que nos preocupa realmente es que el máximo responsable del Estado español en Cataluña, Carles Puigdemont, actúe de esta manera y haga este ridículo espantoso. Los catalanes nunca hemos sido así. Nunca. Es igual que hablemos de la Alta o Baja Edad Media. Al Rey siempre se le ha tratado siempre bien. Lo que ahora está pasando con Puigdemont es penoso. Se está haciendo un ridículo espantoso y cuando lo hace, lo hacemos todos nosotros, y ha habido quejas de gerundenses a los que les ha desagradado ese estilo chabacano. Queremos que el Rey venga a Cataluña, pero si cuando viene le atizamos, ¿qué clase de cortesía tenemos? ¿Qué clase de personas somos? ¿Tanto hemos cambiado los catalanes? Es penoso que aprovechara aquel acto en el que se premiaba al empresariado para atizarle de aquella manera sabiendo que el Rey jamás iba a contestar porque no puede ponerse a su altura. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, sí podía haber contestado porque Puigdemont soltó falacias, y cosas inconcretas, pero prefirió morderse la lengua.
-¿El separatismo se está quitando la careta?
Sí. En el fondo todo esto lleva a que el nacionalismo se vaya colocando en su lugar, se esté sacando la careta, y vaya calando entre los catalanes que si Cataluña sale de España esto será un desastre. Desde luego, con estas actuaciones no se llega a ningún sitio. A Francia la tenemos enojada, pero es que ahora también se ha enfadado Mónaco y Andorra, y el Gobierno español está pidiendo disculpas constantemente por el ridículo que hace Puigdemont.
-Recientemente se ha conocido el gasto en viajes al extranjero de Carles Puigdemont y de su predecesor en el cargo, Artur Mas. ¿Internacionalizar el procés es el último cartucho de los independentistas?
Saben que sólo tienen un camino para el triunfo. En España con el Estado de Derecho no van a conseguir jamás nada. Nunca. Eso lo saben perfectamente. Y también, que si se saltan la legalidad, Europa les suspendería al día siguiente. Internacionalizar el problema es la única solución que tienen. Por eso, están invirtiendo cantidades, que tampoco son muy grandes, pero que se podrían invertir en otras cuestiones muy importantes. En Barcelona tenemos a miles de niños en barracones como escuelas, pero en vez de paliar esta situación lo destinan al ‘procés’ porque saben que si son capaces de explicar bien el relato y en alguna embajada o consulado consiguen convencer a alguien, en un momento dado podría ser que algún país europeo empezara a inquietarse, a preguntar y a inmiscuirse en los problemas internos de España. Eso sí que sería grave de verdad. El Gobierno de la nación tiene que impedir en todo momento, tal y como hizo con ETA, que nadie se meta en la gobernabilidad de nuestro país. Este nuevo Gobierno tiene que ponerse a trabajar, pero a trabajar en firme y, desde luego, en los estamentos internacionales y en las cancillerías internacionales cada vez que haya un pique tiene que replicar. Cada vez que los separatistas cuenten cosas falaces, hay que dar argumentos contundentes y desmontar la historia que emplean, como lo del 'maltrato de España a Cataluña' que venden… Todo esto hay que explicarlo porque no lo saben. Precisamente, si hay algo que admirar de los nacionalistas es que son muy trabajadores y Madrid hasta ahora ha ido lento. En la mano de Sáenz de Santamaría está ahora dirigir y llevar al nacionalismo al pacto y al control dentro de España.
-¿Y en Empresaris de Catalunya qué esperan del nuevo Gobierno? ¿Temen que haya continuidad y sólo se responda con la abogacía del Estado frente a las provocaciones del separatismo?
El Gobierno tiene que seguir dos caminos: Uno, aplicar la ley y hacer respetar las leyes. Ese camino es innegociable. Otra cosa es que se siga el segundo, que hasta ahora no se ha utilizado, que es el del diálogo. Estamos esperanzados en que Sáenz de Santamaría viaje a Barcelona y desde la Generalitat, a Madrid, empiecen a hablar y se lleguen a acuerdos y pactos, evidentemente dentro del marco legal. Sabemos que Sáenz de Santamaría es la plenipotenciaria y que el presidente del Gobierno le ha dado el encargo de negociar con los nacionalistas y tenemos mucha esperanza en que las cosas cambien.
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