-¡Oh!, mi amado...
¿Por qué me habéis engañado?
¿Por qué me habéis engañado?
Estaban en lo alto del torreón, la gente había acudido de todas partes, de aquí y de allá, nobles y plebeyos, juntos solo por esta vez y deseosos de contemplar en vivo el acontecimiento tan esperado.
El príncipe
Joven, de cabellos dorados, brillantes como el destello que produce el oro, ojos azules recién sacados del mar y ovalados como colas de delfín, vestido con ropas de tan elevado coste que en su conjunto ningún jornalero podría pagar, aunque trabajara toda la vida, adornos rojos, piedras preciosas brillantes que levantaban admiración en las retinas de los allí presentes, y henchida a la suave brisa una capa azulada de finas sedas y tacto exquisito.
El Rey y la Reina
En una mesa plagada de cubertería de oro y plata, tallada por las mejores manos del reino y con las mas abundantes viandas que imaginarse pueda, el Rey padre y la Reina madre se daban la mano y mantenían en la boca una quebrada sonrisa que no se había visto dibujada en sus bocas desde hacía años.
Soldados
Agrupados y disciplinados.
Dos perfectas filas de trompetas se elevaron con milimétrica precisión y sonaron con estruendo, soplando las notas que anunciaban la llegada de la Princesa.
La Princesa
La Princesa era como un cisne cuyos gráciles pies levantaban el polvo de la alfombra carmesí, las manos de los invitados aplaudieron tan pronto como la muchacha apareció ante ellos, era la mas bella y delicada, el fino y largo cabello de color caoba se mecía al viento, la mirada explosiva y ardiente cual Supernova expirando en sus últimas horas de vida, los suaves y carnosos labios, el superior apretándose contra el inferior, como se revuelcan dos enamorados en la cama de la boca, su admirable figura, perfecta, proporcionada en grado sumo como ninguno de los asistentes podrá llegar a ver en sus vidas.
La Princesa era como un cisne cuyos gráciles pies levantaban el polvo de la alfombra carmesí, las manos de los invitados aplaudieron tan pronto como la muchacha apareció ante ellos, era la mas bella y delicada, el fino y largo cabello de color caoba se mecía al viento, la mirada explosiva y ardiente cual Supernova expirando en sus últimas horas de vida, los suaves y carnosos labios, el superior apretándose contra el inferior, como se revuelcan dos enamorados en la cama de la boca, su admirable figura, perfecta, proporcionada en grado sumo como ninguno de los asistentes podrá llegar a ver en sus vidas.
Todo ello se esfumó como cenizas en el viento, cuando ella se giró a su amado, su supuesto enamorado, el hombre con el que iba a comprometerse por el resto de la eternidad, amarlo en vida y en muerte, en riqueza y pobreza, en salud y enfermedad hasta que la muerte envidiosa los separase, y le dijo esa terrible frase que encabeza esta historia y no repetiré por su dureza.
La muchedumbre
Amansada y muy agrupada, contuvo la respiración.
La sonrisa de Su Majestad el Rey desapareció del todo y la de Su Majestad la Reina cayó al suelo con silencioso estrépito.
El sol
Imperturbable siempre, esta vez se avergonzó y se escondió tímidamente tras las montañas.Las aves
Revoloteaban alegres ajenas a la importancia de lo que ahí abajo acontecía, pues no entendían ni les importaban las complicaciones de los humanos.El viento
Empujaba rabioso con fuerza al Príncipe en lo alto del torreón, enfurecido al oir en su cuerpo las tristes palabras de la Princesa con su tenue voz.-Yo os amaba. Os quería más que aquello que los mortales no son capaces de llegar a entender, deseaba estar con vos hora por hora, minuto a minuto, segundo a segundo y me habéis traicionado.
-Me gustaría saber ¿Qué he hecho yo para merecer tal sufrimiento?
¿Qué veis en Dulcinea que no tenga yo?
Más aún, ¿por qué no os casasteis con ella en vez de declararos ante mi?El Silencio.
Muy útil en esta ocasión, inquebrantable, ondas de quietud y jadeos mentales, mudos, nerviosos e impacientes.-Mis reflexiones han atravesado un camino de espinas y me han llevado a la conclusión de que os divierte traicionar, os revolcáis en el barro del engaño y os emponzoñáis en el lodazal de la mentira. Queríais que os entregara mi alma, y luego destrozarla para verme sufrir, pues lo habéis conseguido, pero mas vais a lamentaros en cuanto veáis este cuerpo de virgen doncella que no disfrutaréis en absoluto..... arrojarse al vacío.
Ella y sus celestes ropas corrieron al borde de la almena y se arrojaron por el precipicio.
Cayeron dibujando una parábola como un cometa con su cola ardiente.
Ella y sus celestes ropas corrieron al borde de la almena y se arrojaron por el precipicio.
Cayeron dibujando una parábola como un cometa con su cola ardiente.
La altura
Testigo de un vuelo trágico.
Testigo de un vuelo trágico.
La ley de la gravedad
Manteniendo su aceleración prevista. Inalterable
El suelo
Arrepentido de ser tan duro. Pero la abrazó con cariño y respeto.
Manteniendo su aceleración prevista. Inalterable
El suelo
Arrepentido de ser tan duro. Pero la abrazó con cariño y respeto.
El sueño secreto de miles de hombres allí congregados, se estrelló contra el suelo y mojó de rojo oscuro el verde del alto césped.
Su mano se abrió en un suspiro final y dejó mostrar una rosa con punzantes espinas que estaban clavadas en ella.
Oír la melodía del post ....
Oír la melodía del post ....
Nadie merece eperder la vida por un engaño de alguién que no merece nuestro amor.
ResponderEliminarDemasiadas princesas sufren, tal vez por creerse princesas y no simples mujeres.
Besos
Al final, la culpa de todo la tiene el desamor (y ese niño estúpido que ando con el arco y la flecha al que varios homenajearon hace pocos días) Menos mal que el mundo ha evolucionado y son pocos/as las que se atreven a lanzarse al abismo por otra/o. Igual, estas historias me gustan (¿Será por histérica? Jaja)
ResponderEliminarPrefiero retomar de cero, aunque no estoy exenta del desencanto.
Un beso Clip
(El sol fue medio cobarde, ehh) ;)
Estoy con pluvisca, una persona así no merece que se de la vida por él. Todo lo contrario, lo que merece es una total indiferencia.
ResponderEliminarMe gustó.
Besos y susurros cálidos
Pluvisca una cosa es lo que tiene que ser y otra muy diferente el transcurso de la vida. Estoy de acuerdo en tu frase final.
ResponderEliminarBesos !!
jajaja si VivianS muy observadora, el sol huyó por que ya se venía venir el desenlace.
ResponderEliminarUn beso
Yemaya cuando se ama de veras es dificil la indiferencia, sería totalmente falsa y contraproducente, yo creo que hay que dejar fluir los sentimientos ...
ResponderEliminarUn beso y susurro
Bufff... pues de esta vez me quedé sin palabras...
ResponderEliminarEs una tragedia que habria podido evitarse, el suicidio es una forma muy cobarde de actuar, siempre hay otras opciones, pero se necesita valor.
En este caso, seguro que habría más principes azules, encantados de compartir esa vida con ella, y que sabrían devolverle todo ese amor que ella profesaba a un "imbecil" . ;)
un beso sin engaños
Amie el suicidio es una metáfora, en realidad representa un abandono, no se debe amar a quien no te corresponde.....
ResponderEliminarPero es solo un cuento de príncipes y princesas.
Un beso sincero.
Princesa pendeja, pero pedazo de historia. Quedé pegado de principio a fin.
ResponderEliminarAdmito (como puede verse en mi primera frase) que la princesa me parece una pendeja. Ni que el príncipe fuera Paris Hilton... No es que sea sinónimo de realeza, sino de vileza, como el príncipe.
Lo que más disfruté fue el uso de la lengua clásica que no antigua, gracias Clip. Ya me suscribí para seguir leyéndote :-)
3rn3st0 lo mejor tu nick ;)
ResponderEliminarPues aqui en la historia son todos un poco pendejos, pero espero que te haya gustado, creo que voy a editar la parte final .... creo que no expresa lo que yo pensaba acerca de las espinas ....
Un abrazo !
Como princesa digo: Las princesas siempre serán princesas, vivas, muertas o traicionadas, con el sol en fuga o la ley de gravedad impávida viendo como su cuerpo caía...
ResponderEliminar(¿Esta Dulcinea no había sido antes la novia de Don Quijote?...)
besos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHay esas princesas, dulces ninfas del amanecer!!
ResponderEliminarNo se puede vivir sin ellas y si no existen hay que inventarlas ...
ResponderEliminarUn abrazo Luis XL
Muchas gracias, Clip, por visitar mi blog y dejar un comentario que me trae hasta tu blog, que iré descubriendo, poco a poco.
ResponderEliminarMe quedo un ratito por tu blog.
Un beso.
Por fin encontré donde comentar esta arriba y yo andaba por abajo
ResponderEliminarMe gusta tu estilo diferente de decir las cosas
Te dejo un abrazo humedo de lluvia de una húmeda Miami
y te cuento
ResponderEliminaryo nos soy princesa soy reina
mas besos
Uno no muere cuando llega la muerte, muere cuando ha dejado de tener ilusión, esperanzas, risas, pensamientos positivos... Uno muere cuando no encuentra un horizonte al final de los pasos de cada jornada o cuando pone demasiadas expectativas en los demás porque se piensa que todos están preparados para recibir.
ResponderEliminarHola, Clip. Vengo desde el Pecado siguiendo tu huella. No había visto un blog como el tuyo Necesito algo más de tiempo para conocerlo y para conocer tu forma de escribir y sacarle todo su jugo. Iré viniendo de poco en poco pero tengo que dejar piedrecitas porque mi cabeza, si no, se dispersa.
Besos de Pecado.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
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