miércoles, 3 de octubre de 2018

Gestionar fustración colectiva

Aterrizaje forzoso o Crash

El engaño del Independentismo catalán ya ha sido puesto en evidencia, personas relevantes se han estrellado, otros han saltado del avión en marcha y como siempre los últimos han quedado entre los escombros, las azafatas del procés no han avisado, humillados por el engaño colectivo, pero hay gente que aún a pesar de los síntomas, escombros, hierros retorcidos y daños no reconocen que ya no vuelan lo cuál solo puede producir hilaridad no solo en Europa, solo hay que ver la última entrevista de Puigdemont con tres periodistas belgas o las últimas declaraciones de Torra por una parte reprimiendo con duras cargas de los Mossos a los CDR y en público alentando a que actúen y diciéndoles que no tengan miedo, pero todo esto ¿no era la revolución ghandiana de las sonrisas y la paz?
Por un lado en sede Parlamentaria exige la Independencia basándose en un Referendum falso y en otra mesa a escasos metros negocia el Gobierno Autonómico.

Como era de esperar ahora los estudiantes y algunos 'ninis' del Comités de Defensa van como pollos sin cabeza, pegando a gente, parando trenes y asaltando Parlamentos sin orden ni concierto, incluso se permiten insultar al President, es lógico, ahora hay tres movimientos independentistas bien diferenciados y la desafección va en aumento.

Pero ahora la cuestión es:
Ya que no se va a explicar que todo fue un engaño y que las 'Perfomances` multitudinarias, no llevan a ningún lado, que el resto del mundo ya tiene sus problemas y que nadie admite que un 30% del censo imponga sus deseos al resto, ¿No tienen previsto que la gente engañada se de cuenta? 
Lo único que hay es un Referendum falso y unas burdas manipulaciones, no hay represión, ni nadie roba mas que los últimos dirigentes catalanes, se acabó, ¡Dejenlo ya! y déjennos vivir en paz.

Algunos oportunistas y chaqueteros  
Oportunidad para suplir las carencias profesionales

Un  terrorista para dar miedo y un patán para dar risa ¿Quién eligió estos representantes para el proceso?

Algunos catalanes ilustres no cayeron en el engaño, Sardà, Mercedes Milà, Jorge Javier Vàzquez o los Estopa, otros y esto les honra, acérrimos defensores, acudiendo y defendiendo el proceso en tertulias de radio y televisión, ahora al ver que es imposible al menos ya avisan que todo era una gran farsa, Bernat Dedéu, el que pedía la guerra para obtener la secesión, ya ha provocado que lo echaran de los medios propagandísticos, simplemente por descubrir el engaño, las mismas declaraciones de los creadores de la farsa en sede Judicial ya hablaban de simbología (Forcadell) o de 'farol' (Ponsatti), cosa que no dijeron a la gente que se ha jugado su patrimonio, su trabajo, su bienestar y lo mas importante la convivencia. 
Se echa en falta una declaración pidiendo perdón y que todo era imposible desde el principio, verdaderamente sería lo único que podría solucionar parte de la fragmentación social. Artur Mas debiera asumir ese papel como instigador, ahora de 'rositas' mientras sus seguidores les espera una temporada entre rejas o fuera del país que querían independizar. Solo por los perjuicios causados a los ciudadanos ya justifican de sobras sus encarcelaciónes.


La ficción política: tres operaciones 

Según Rancière, una ficción política hace tres operaciones simultáneas: crea un nombre o personaje colectivo, produce nueva realidad e interrumpe la que hay.


  • Personaje colectivo no expresa ni refleja un sujeto previo, sino que es la creación de un espacio de subjetivación -esto es, de transformación de los lenguajes, las percepciones y los comportamientos- que simplemente no existía antes. Es decir, ese personaje colectivo no estaba ya contado entre las partes de la sociedad como grupo real, colección de individuos con tales o cuales características, cuerpo objetivable, ni siquiera latente. Existe cuando se manifiesta y se declara a sí mismo como existente, autodenominándose. Por esa razón nunca aparece como una realidad clara y distinta (una cosa, un sujeto o una sustancia), sino más bien como un fantasma: borroso e intermitente, inasignable e incorpóreo, precario y móvil, perturbador e ilegítimo.



  • Nueva realidad Ese nombre o personaje colectivo interrumpe la realidad en tanto que mapa de lo que se puede ver, sentir, hacer y pensar. El marco que determina lo posible y lo imposible, lo visible y lo invisible, el sentido y el ruido, lo real y lo irreal, lo legítimo y lo ilegítimo, lo tolerable y lo intolerable. Interrumpe asimismo la realidad entendida como orden de las clasificaciones, las designaciones y las identidades que hacen a las cosas a ser lo que son. La distribución jerárquica de lugares, poderes y funciones: división del todo social en categorías, grupos y subgrupos; asignación de cada cual a una casilla, con un papel y unas capacidades determinadas, según tales o cuales predicados o propiedades (títulos, origen, estatus, rango o riqueza), etc. 

  • Interrumpe la que hay Esta realidad (como distribución jerárquica de los lugares) no es menos “ficticia” que la ficción, pero no se reconoce a sí misma como tal. Se hace pasar por lo único que hay y puede haber. Busca siempre fundamentarse y justificarse en un supuesto ser-así de las cosas. Odia los puntos vacíos o polémicos, los restos que no encajan en su distribución de las partes (los elementos flotantes o inasignables).


El personaje colectivo de la ficción política produce nueva realidad porque redefine el mapa de lo posible: no sólo modifica lo que se puede ver, hacer, sentir y pensar acerca de la realidad, sino también quién puede hacerlo. Impugna la distribución jerárquica de lugares y funciones en nombre de las capacidades de cualquiera y la igualdad de las inteligencias. Muestra paisajes inéditos: hace ver cosas que no se veían, pone en relación lo que estaba disperso, hace surgir otras voces y otros temas, otros lenguajes y otros enunciados, otras escalas y otros razonamientos, otras legitimidades y otros hechos. Y ofrece ese paisaje inédito a todos, a cualquiera. Como un don, un regalo, una nueva posibilidad de existencia.

La ficción política interrumpe y crea, crea e interrumpe. Simultáneamente. Es un poder de desclasificación y un poder de creación. Hace lo común deshaciéndolo, deshace lo común y lo rehace.

Pero el resultado final es una parodia hecha por unos pocos con el dinero de todos, que aparte de provocar hilaridad en el resto de países, daña la credibilidad, el consumo y el bienestar, 4.538 empresas han cambiado su sede social, es cuestión de tiempo que al igual que pasó con el Quebec, esta región pase de ser locomotora a vagón de cola.....

'Apoyo Internacional' ....

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