Tras reunirse de urgencia en un Consejo de Ministros extraordinario, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se vio obligado ayer por la tarde a salir con media hora de retraso del trabajo para poder dar una respuesta a la convocatoria de la consulta independentista convocada por Artur Mas el pasado sábado. El jefe del Ejecutivo no pudo llegar a casa hasta las cuatro y media de la tarde, treinta y cinco minutos más tarde de lo habitual.
“Llevamos ya mucho rato con este tema y es mejor que lo dejemos ya para mañana” fue la respuesta que dio un nervioso Rajoy a su equipo ante la posibilidad de que el 9N sea una realidad en Cataluña. “Estamos todavía a tiempo de enderezar el rumbo”, declaró al comprobar que eran menos cinco y que el Consejo Extraordinario se dilataba.
“La consulta, ni por su objeto ni por el procedimiento. es compatible con la Constitución y ya está, pero podemos hablarlo mañana a las diez”, afirmó Rajoy agarrando el maletín, añadiendo que el Gobierno “está obligado” a presentar los recursos “en defensa de la Constitución y de todos los españoles que trabajan y cumplen sus horarios, incluidos los catalanes y nosotros mismos”.
“Los españoles no nos podemos permitir que las ansias de unos pocos modifiquen los hábitos de vida de unos muchos”, concluyó con visible enfado.
Según fuentes de Moncloa, la crisis abierta por Cataluña hizo que el presidente no pudiera comer ayer hasta las 16:40, cuando se recalentó un plato de lentejas, ya frío, en el microondas. Empalmó con la merienda comiéndose un cruasán encima del fregadero de la cocina.
Rajoy lanzó dos mensajes muy claros en su declaración institucional. El primero, que la consulta no se va a hacer y Mas, como él espera, acatará la resolución del Constitucional no sacando las urnas a la calle. El segundo fue que se estaba haciendo tarde y había que ir recogiendo.El presidente se ha mostrado firme y ha contestado al órdago secesionista de Artur Mas con rotundidad y una defensa contundente de salir a la hora
“Llevamos ya mucho rato con este tema y es mejor que lo dejemos ya para mañana” fue la respuesta que dio un nervioso Rajoy a su equipo ante la posibilidad de que el 9N sea una realidad en Cataluña. “Estamos todavía a tiempo de enderezar el rumbo”, declaró al comprobar que eran menos cinco y que el Consejo Extraordinario se dilataba.
“La consulta, ni por su objeto ni por el procedimiento. es compatible con la Constitución y ya está, pero podemos hablarlo mañana a las diez”, afirmó Rajoy agarrando el maletín, añadiendo que el Gobierno “está obligado” a presentar los recursos “en defensa de la Constitución y de todos los españoles que trabajan y cumplen sus horarios, incluidos los catalanes y nosotros mismos”.
“Los españoles no nos podemos permitir que las ansias de unos pocos modifiquen los hábitos de vida de unos muchos”, concluyó con visible enfado.
Según fuentes de Moncloa, la crisis abierta por Cataluña hizo que el presidente no pudiera comer ayer hasta las 16:40, cuando se recalentó un plato de lentejas, ya frío, en el microondas. Empalmó con la merienda comiéndose un cruasán encima del fregadero de la cocina.
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