PDdeCAT:
- antes eran CiU, pero se fue Unió... y tenían a Pujol y su plebe
- pasaron a ser CDC a secas...
- pero luego se juntaron con ERC para ser JxSI
- luego se cambiaron el nombre a Partido Demócrata de Catalunya
En las últimas encuestas de intención de voto en Agosto 2017
Deja a CiU, CDC, PDdeCAT a la altura del PP, lo nunca visto.
serían sus peores resultados históricos
Un conseller dice que está cagao
Puigdemont dice que solo quiere a tíos con dos cullóns, así que al carrer
Francesc Homs pega una rajada en twitter
Ahora después del 1-O Puigdemont ya no es tan categórico con la
'Declaración Unilateral de Independencia'
PDdeCAT se va a terminar rompiendo antes del DUI y ya ni habrá tal cosa,
se convocarán elecciones autonómicas en las cuales PDdeCAT
se va a llevar un varapalo importante, tanto que no tendrán claro si apoyar a ERC.
Con lo cual... adiós mayoría parlamentaria independentista, ERC formará gobierno
con pactos puntuales y a duras penas.
Como no tendrán fuerza para hacer un referéndum empezarán a negociar con Madrid
necesitan mas fondos para el siguiente ataque.
Es como una serie televisiva en la que van repitiendo los capítulos.
Pero lo relevante es que PDdeCAT está al borde la desaparición
como partido relevante. Exactamente lo mismo que pasó con Unió.
El argumento del 1 de octubre de 2017 es el amor, la revolución de las sonrisas.
En un ejercicio de traición y cinismo, dominando las redes sociales y
manipulando la información con los recursos de todo el estado,
algunos se quedarán con las cargas policiales y las urnas arrancadas,
y los cinturones negros del victimismo aprovecharán la legítima y necesaria violencia del Estado
para invertir la energía del golpe y presentar al defensor de la ley como al allanador
de su morada, sin dejar de ejercer un ápice de violencia propia.
Como una llave de judo en la que se emplea la fuerza del rival para hacerle perder el
equilibrio a la democracia le parecerá el abrazo de un amante, y de eso se trata.
Nos tienen advertido que el fin del mundo no se consumará con una explosión,
sino con un gemido.
De igual modo, la democracia mediática de la posmodernidad
no muere bajo los porrazos de la policía, sino por un beso filmado a tiempo.
El pueblo es muy enamoradizo:
Se va con cualquier descarado que sepa cortejar su vulnerable autoestima.
Y ese beso fundacional termina siempre posándose sobre la mejilla de un caudillo
oportuno y cachondo, con esa forma de hablar -ese cinematográfico relato-
tan irresistible que nos persuade del divorcio con la democracia liberal,
ese marido estable pero aburrido con el que la masa ya no siente placer.
Esto es lo que está pasando, una vez más, en una pequeña parte de un continente
que ha proyectado la misma puta película cientos de veces,
interpretada por actores diferentes, explotada lucrativamente por remakes
que nunca acaban de escarmentarnos, porque cada día nacen nuevas generaciones
que desconocen el final.
Claro que el pueblo no sólo ama al aventurero que le promete emociones.
Sobre todo, se ama a sí mismo. El 1 de octubre marca el punto en que la exhibición
de los autolametazos a la llaga catalana -las venas abiertas del masoquismo-
perdió definitivamente el pudor.
La jornada quedó resumida para la posteridad antes del mediodía,
cuando salió Oriol Junqueras de votar clandestinamente
y un ciudadano enamorado, excitado por el momento,
digamos que atiborrado de historicidad consciente,
se acercó al todavía vicepresidente de la Generalitat,
arrimó la jeta sonriente al rostro circunspecto de don Oriol y logró la foto
que llameará desde el aparador.
La madre de todas las fotos que campean sobre las cómodas de Cataluña.
El Tiananmen independiente de tu casa.
Misión cumplida. Vivimos en una sociedad donde la competencia verbal ha caducado,
donde el razonamiento intelectual es contemplado con sospecha
y donde el sentido jurídico exigiría el sacrificio de una generación entera de políticos
antes de poder encontrar interlocutores aptos.
En una sociedad así la imagen usurpa todas las fuentes de legitimidad.
Pero no cualquier imagen:
Ha de ser una imagen romántica.
El separatismo siempre se concentró en su obtención,
en su producción industrial:
para qué crear ejércitos si podemos encuadrar familias.
"La actividad, la lucha, lo es todo; la victoria no es nada.
El fracaso es más noble que el éxito. La autoinmolación, y no la validez de la causa
en sí misma, es lo importante, porque lo que santifica dicha causa
es el sacrificio hecho por su bien, y no alguna propiedad intrínseca
que esta pueda tener.
Estos son los síntomas de la actitud romántica".
Lo que quiere decir Isaiah Berlin es que la victoria del Estado
ya no garantiza que el orden constitucional sea repuesto en Cataluña.
El poder hoy lo ostentan las víctimas, se quejen de lo que se quejen,
con razón o sin ella. Llora, y conquistarás el mundo.
Aunque el mayor Trapero deba sentarse ante el juez, que debe hacerlo,
y aunque los policías y guardias civiles se multipliquen para paliar su traición,
el victimismo habrá alcanzado hoy su clímax programático.
El orgasmo pasivo-agresivo que atraiga a las voluntades poco estructuradas
a la gran orgía de la rebelión.
Incomparecencias, chalaneos y cobardías que pesan en la conciencia de los
sucesivos inquilinos de La Moncloa desde 1978.
¿Hará falta recordar que, si al término de la jornada,
la imagen del Estado no es la del orden restablecido sino la de la ley burlada,
Mariano Rajoy debe dimitir? Cuidado con eso.
A lo que ustedes aspiran, como revolucionarios, es a un amo.
Lo tendrán.Y ese no va a ser tan contemplativo como Rajoy.
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