martes, 21 de noviembre de 2017

La pobre Marta Rovira no puede justificar sus mentiras

Para justificar delante de sus sufridos votantes, la falta de compromiso con la declaración de la República, que luego se dijo que era 'simbólica', la falta de estructuras, la fractura social, el agrupamiento de los constitucionalistas y el caos económico que deriva en la pérdida de 2.600 empresas, la pérdida de la sede de la agencia europea del medicamente, el parón del consumo y la falta de inversiones de todo tipo por el miedo a la inseguridad jurídica.
Dentro del Govern, unos afirman que estamos en una República, otros en una autonomía con el art. 155 y todo en una supuesta ley de transitoriedad que se basa en una pantomima de votaciones en la calle sin ningún tipo de control.

Aún estamos esperando que alguien de la cara y explique porque nos han llevado a ser el hazmerreir de toda Europa, porque la Caixa y el banc Sabadell se han ido, y porque todo lo que han contado es falso, pero no, sería demasiado honesto, seguimos pedaleando hasta el abismo y como nueva ocurrencia, ahora Marta Rovira (desconocida hasta el momento), puso cara de empezar a llorar y se inventó que el estado español saldría a la calle a matar a a la gente, pues ellos que son tan buenos anulaban el DUI (declaración, unilateral de independencia). Como se ve no hay límites para el despropósito.
Se ha desmentido como no podía ser de otra forma y Marta Rovira queda como una persona mentirosa, sectaria y peligrosa puesto que es la futura presidenta de Cataluña si nadie lo remedia.




Nadie le habló de muertos en la calle. Simplemente mintió

Los 'testigos' de Rovira la dejan por mentirosa: ninguno le habló de "muertos en las calles".

Tanto el lehendakari Íñigo Urkullu como el Síndic de Greuges y el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, han desmentido a la secretaria general de ERC, Marta Rovira, que el viernes aseguró que el Gobierno había amenazado al exGovern de la Generalitat con "violencia extrema con muertos en la calle" si, tras el referéndum del 1 de octubre, no ponía fin al proceso independentista.

Desde, el Síndic de Greuges (que vela por el buen funcionamiento de las Administraciones en Cataluña), Rafael Ribó ha sido quien ha negado que la institución avisara al Govern cesado en tales términos, saliendo así al paso de las informaciones publicadas en este sentido por el diario Ara. Ribó ha dicho en una entrevista en Catalunya Ràdio que sólo habló de "contundencia", nada más.

Por su parte, fuentes del gobierno vasco han asegurado a El Periódico de Catalunya que Urkullu en ningún momento tuvo conocimiento de que el Ejecutivo español amenazara al Govern con "muertos en la calle" si salía adelante la Declaración Unilateral de Independencia (DUI).

Estos posicionamientos se suman al comunicado que emitió el pasado sábado el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, quien negó "categóricamente" que en su intento de mediación entre el gobierno catalán y el español antes de la DUI se advirtiera de violencia del Estado.

En un escueto comunicado emitido por el Arzobispado de Barcelona, el cardenal desmentía "las noticias aparecidas en diversos medios de comunicación sobre las informaciones de violencia de Estado, en caso de que el gobierno de la Generalitat hubiese hecho una DUI".

Urkullu ha defendido incluso que se estuvo "muy cerca de una solución" a la crisis institucional en Cataluña. Y, según recoge El Periódico, tanto el Gobierno vasco como el PNV estaban convencidos de que el Govern iba a convocar elecciones anticipadas y evitar la DUI, una decisión que finalmente no se produjo para sorpresa y decepción de los nacionalistas vascos.

La secretaria general de ERC, Marta Rovira, denunció el viernes pasado en los micrófonos de RAC1 que el Gobierno "amenazó" por "múltiples vías" con enviar al Ejército y con "muertos en las calles" si el Govern mantenía sus planes de la declaración unilateral de independencia, un escenario de "violencia extrema" que "no estábamos dispuestos a asumir". 

Enseguida, el portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, calificó estas afirmaciones de "burda patraña", negó rotundamente las acusaciones, y afirmó que "los dirigentes secesionistas están acostumbrados a mentir".

También el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dijo que las afirmaciones de Rovira son "una vergüenza. Ya no hay calificativo que tenga para aplicar a esa afirmación. Dejémoslo en que es absolutamente falso. Es una enorme mentira y, sobre todo, es una vergüenza".

Y este lunes 20-11-17, los mediadores, con sus declaraciones, han dado la razón al Gobierno y han puesto en evidencia a Marta Rovira que, sin embargo, mantiene sus afirmaciones.


A la hora de la verdad, los kapos nacionalistas se hicieron caquitas. Sabían que la mayoría de catalanes estaban hartos de ellos, que el mundo económico huía espantado y que la comunidad internacional les despreciaba. Pero reconocer eso, lo que todos sabemos, supone el fin del nacionalismo. Y de este tinglado vive mucha gente.

Así que Marta Rovira ha acudido a Estremera para recibir instrucciones de los kapos encarcelados. Están nerviosos porque muchos líderes separatistas han reconocido estos días que iban de farol: “no estábamos preparados” (Ponsati), “no hay una mayoría social” (Mas), “fue algo simbólico” (Forcadell), “hay otras alternativas a la independencia” (Puigdemont)…
I això no pot ser, y Marta ha recibido las consignas: “se ha hecho un exceso de autocrítica...els consellers em deien a la presó: “ja n´hi ha prou d´autocrítica perquè nosaltres estàvem molt preparats“.
(ya basta de autocrítica porque nosotros estabamos muy preparados).

Y lo siguiente es justificar la bajada de pantalones, y se hace con lo de siempre: victimismo y nos quieren humillar. En este caso, la mutación es “NosqueríanMatar“. Para eso Marta Rovira ha acudido rauda tras la visita a los padrinos a la radio del conde/del Règim:

“El Govern no estaba disposar a assumir un escenario de violencia extrema con muertos en la calle que se puso de una manera muy contundente sobre la mesa. Nos decían que habría sangre, que no serían pelotas de goma como el 1 de octubre, que la cosa sería contundente”.

“Eso de la violencia nos llegó de muchas fuentes diferentes, contrastadas y fiables. Se nos informaba que estaban entrando armas en Cataluña y que el Ejército estaba viniendo“.

“Sí, el gobierno español amenazaba con balas de fuego y no balas de goma contra la población”.

“Llegaban estas amenazas con escenarios de violencia extrema si nosotros seguíamos”.

“El gobierno español nos hacía llegar por múltiples vías que si continuábamos por ese camino se puede llegar a escenarios de violencia extrema. Ahora no diré quién nos lo decía. Podríamos decirlo en algún momento”.

Vale Marta, ahora mira lo que dice Héctor López Bofill, que va en las listas del partido de Puigdemont:

“Tota transformació constitucional profunda demana morts” (17 junio 2016)

O lo que dice Terricabras, de tu partido:

Em sembla que tots els [DUI] que conec han vingut ACOMPANYATS o PRECEDITS d´actes bèl·lics. D´altra banda, gairebé és normal, perquè si la declaració és unilateral vol dir que els altres s´hi oposen… en el nostre cas potser sí que hi hauria algun intent de repressió més o menys armada: l´hauríem de resistir“.

O lo que hiceron tus amigos de Òmnium/bòdrium y la ANC el 20 de septiembre, asediando a la comitiva judicial durante 12 horas y destrozando coches policiales, (una provocación en toda regla) para que hubiera heridos.

O lo que hicieron els teus companys volemvotar el buti2, atacando policías y guardiaciviles que cumplían con la ley: sillazos, pedradas, patadas… Tot molt pacífic.

Están acostumbrados a mentir, saldremos de Europa, no habrá mejoras económicas, nos fracturaremos socialmente aún mas, y no nos amoldaremos ni nosotros ni nadie a sus delirios impostados de crear una nueva nación. 
Parece que reventar Cataluña da igual en una huida sin límites hacia delante.
Han jugado con la buena fe de algunos catalanes y con el dinero de todos.

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